Es ya indudable el enorme poder que están teniendo las redes sociales para generar conversaciones, fomentar tendencias, posicionar marcas, fomentar ventas, consolidar la reputación personal e incluso para generar revoluciones tan dramáticas como la Primavera Árabe.
Detrás de estas millones de conversaciones se encuentran ingentes volúmenes de información (Big Data) que de ser explotadas de forma adecuada y oportuna nos permitirán transformar dicho vasto conocimiento en inteligencia de negocios con una capacidad única para generar valiosísimos insights[1].
El reto para las empresas y organizaciones de hoy se encuentra entonces en su capacidad para minar, de forma continua, terabytes y terabytes de información desestructurada, identificando y separando la información relevante de las innumerables conversaciones que se dan diariamente en los diversos canales sociales.
De este modo los esfuerzos corporativos se orientarán a lograr extraer insights cada vez más valiosos que nos indiquen cómo se comportan los mercados, qué patrones crean las conductas y comportamientos de nuestros clientes, consumidores e incluso la competencia, qué tendencias forman en nuestro entorno nuestros diversos stakeholders; y fundamentalmente, cómo toda esta información nos permitirá diseñar nuevos productos y servicios que respondan a las necesidades reales de nuestros clientes.
Estos insights nos permitirán conocer con muchísimo mayor nivel de detalle información fundamental que nos permitirá liderar en mercados híper competitivos como los que rigen hoy la economía global.
De este modo, la inteligencia social hace referencia a un nuevo modelo de escucha y aprendizaje, de toma de decisiones y participación consecuente con un mundo que mantiene millones de conversaciones en tiempo real en una amplia variedad de canales de una web cada vez más social y omnipresente.
¿Qué es la Inteligencia Social (Social Intelligence)?
El término “Social Intelligence” no es nuevo, fue acuñado en la segunda década del siglo XX para hacer referencia a “la habilidad de un individuo para entender a otras personas en base a interacciones adaptativas con ellos”. En 1933, el norteamericano Journal of Social Psicology describió a la Inteligencia Social como “la habilidad para lograr entender los insights (percepción, conocimiento, entendimiento) de los rasgos subyacentes de desconocidos”. En muchos sentidos, esta definición de hace 80 años cobra vigencia con respecto a las herramientas de monitoreo y análisis de los ambientes social media de hoy. De este modo podemos definir a la inteligencia Social como “La habilidad para lograr entender los insights (percepción, conocimiento, entendimiento) de los rasgos subyacentes de terceros desconocidos e interactuar con ellos de forma adaptativa”.
Las empresas y organizaciones de hoy, sobretodo las más vanguardistas e innovadoras, están entendiendo ya la enorme importancia que tiene esta información viva para ayudarles a tomar decisiones informadas, inteligentes, oportunas (en tiempo real) que coadyuven en el desarrollo de mejores y más innovadores productos y servicios y que respondan a las necesidades reales, auténticas y vigentes de su público objetivo.
Las empresas deben entonces trabajar para implementar las tecnologías adecuadas, asignar los recursos corporativos, crear los procesos necesarios, capacitar al personal involucrado y gestionar el cambio de modo que la organización en su conjunto aprehenda y co-innove con su ecosistema de stakeholders.
De este modo las empresas lograrán a su vez transformarse en un “Social Business” es decir, en una organización que entiende la enorme importancia que tiene para las empresas de la segunda década del siglo XXI la inteligencia social.
[1] Insight: Conocimiento profundo no revelado (percepción, conocimiento, entendimiento)