En el silencio del cristal se hunde mi espera,
al pie de un sol negro danzando irreverente sobre la creación del dios de madera.
Sus ojos de fuego queman mis pensamientos antes de nacer
y en la soledad de su omnisciencia
lloran las musas por ser creadas.
Vana es la realidad que absorben mis nueve sentidos
rumiando eternamente sobre mi concepción del mundo
distrayéndome del camino maldito de los santos
flanqueado de cadáveres
sumido en olor de muerte
cubierto de osarios
de balidos de corderos degollados para salvar al hombre
donde los ángeles en su sed de esperanza
se venden al mejor postor
Y mis ojos de ciego me guían por esta ilusión
en pos de algún elíxir donde lavar mis heridas
en pos del seno maternal donde reposar mis temores
donde olvidar mis traumas infantiles
desplazado por la ingenuidad estéril del hombre vulgar
me pierdo y me encuentro sumido en este mar primordial
donde nace y se retuerce la pena que me alimenta
y la fe mueve montañas, ja,
díselo al minero enterrado
a ver si te lo cree él
porque yo ni cagando……
o a aquél que en su jihad despedaza un niño,
salvando su alma de la perdición
ve y díselo
para ver como tu caca sacra te salva de todo mal
mientras yo me hundo en la espera de este cristal…