Soy luz
Soy agua
Soy nieve
Soy la leve brisa de la mañana que hace bailar aquél inquieto mechón de tu cabello
Soy vacío
Soy tiniebla
Soy la niebla fría que sube frágil y húmeda por tus tobillos cuando huyes a los bosques a bailar desnuda en el aquelarre de la luna roja
Soy piedra
Soy madera
Soy el rio que fluye por tus venas como fluyen los ríos por la esfera azul en que habitamos
Soy tristeza
Soy pena
Como aquella nube gris, inmóvil como perenne, ocultando toda aquella luz dorada con la que los días se despiden… haciéndola crepuscular
Soy fauno
Soy centauro
Soy aquél aullido frio y lejano que hiela tus huesos y eriza tu piel allende en lontananza
Soy loco
Soy sabio
Porque solo nosotros los malditos benditos sabemos lo que es caminar a diario sobre el filo de la navaja que distingue a la realidad
Soy Ángel
Soy Demonio
Solo la oscuridad me muestra el camino hacia la luz, solo el verme reflejado en mis monstruos permite que se me revelen mis ángeles
Soy incomprendido
Soy profeta
Pareciera que hablara un idioma que nadie entiende, un argot hechizado que hace que olvides todo lo que habías escuchado y finalmente comprendido, para olvidarlo todo unos pocos minutos después
Soy el abrazo que te acoge
Soy la soledad
Solo contigo soy uno, solo conmigo eres una, solo juntos estamos completos
Pero separarnos es una maldición que como un ancla de dolor atada a la nuca, arrastrarán nuestros cuerpos cansados hasta el día en que la muerte, piadosa, nos recoja
Soy música
Soy tambores
Soy los cantos mágicos con que los chamanes conjuran los sueños y sostienen los cielos
Soy el gavilán
Soy el delfín
Aquél que recogí del piso y logró volver a volar, soy prístino y miro más sin ver porque siento más sin invadir
¿Cómo mantengo la luz encendida en la habitación que habito
Cuando el universo apaga la luna y las estrellas y esa oscuridad insondable me absorta?
Me encuentro
Cuando me pierdo
Y camino vacilante por el mundo sin saber que estoy perdido, hasta que despierto, se me revela el universo y lucho a brazo partido para no volver a caer en la quimera del sueño que a todos nos atrapa e hipnotiza
Amo amar
Temo tanto amar
Porque nunca jamás fui o seré más feliz que cuando el amor me sostenía y me mesía rítmicamente en sus brazos mientras que yo soñaba en que sería así por siempre. Le tengo pánico al amor porque finalmente abrió sus alas, y en un último roce de sus plumas mágicas me dejó caer insensible en las fauces del averno más inimaginable.
Soy culpable
Y soy inocente
Soy culpable de tanto dolor ajeno y propio que he causado, donde hasta hoy cargo el yugo de aquella culpa sobre mis hombros a pesar de que he hecho todo por perdonarme. Soy inocente porque solo sigo siendo ese niño inocente, triste, soñador, iluso, que solo creía que todos eran buenos como él sin saber, que son aquellos que más deberían amarte, los que más matan tu alma.
Bailo, canto, declamo, actúo en un teatro vacío donde una sola persona aplaude y soy yo…
Hoy mis ojos son profundos zenotes negros donde vienen a descansar de su eterno peregrinaje luces de incontables estrellas que finalmente descansan sus fotones en mis pupilas de lobo
Y pensar que estoy compuesto por ceniza de estrellas que estallaron hace eones
Pero hoy….
Hoy soy solo mar…
Donde decantan todos los ríos del mundo…
¿Qué ondas hermano? ¿Cómo va la cosa? – Ahí compadre…. Como siempre…. Igualito nomás.